Ya estamos acostumbrados a la "permisividad" con que los jueces tratan a los "jueces" condenados con sentencia firme o administrativa. Lo mismo que también vemos con qué dureza se puede tratar a "jueces" cuando no son de la misma cuerda que los jueces.
En fin lo que parece ya de risa es que se tengan que aducir argumentos que producen "escándalo lógico" y no digamos jurídico y moral.
Viene al caso el hecho de que al juez Urquía, condenado por prevaricación con sentencia firme y por tanto con antecedentes penales, el Supremo lo rehabilita, una vez cumplida la condena, porque no hay por qué tener en cuenta los antecedentes penales.
Es curioso que, para tantas cosas como por ejemplo para ocupar cargos se nos exija a los ciudadadanos el "certificado de penales" y para el ejercicio de juez no sea el caso.
Pero más curioso es aún que el legislador sí haya previsto esto, como es de sentido común, para "poder acceder al cargo de juez".
Lo que demuestra que a la justicia de los jueces lo que les interesa es el "cargo" no el "ejercicio".
Y así está la justicia, hecha unos zorros por quienes se preocupan del cargo y se olvidan del verdadeero sentido del cargo que es "hacer justicia" en la que todos seamos iguales ante la ley.
miércoles, 4 de enero de 2012
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